Muchos de nosotros hemos experimentado, al menos una vez, la sensación de una respiración extremadamente rápida, sin saber que se trata de lo que se conoce como taquipnea. Este tipo de fenómeno puede ocurrir por múltiples razones y tiende a producir ciertos efectos, además de la agitación, en aquel que lo presenta. A continuación, mencionaremos cuáles son los síntomas de taquipnea, si son graves o no, y qué podemos hacer para mejorarlos.
Síntomas de taquipnea
Usualmente, la alteración en la frecuencia normal respiratoria, que los médicos han denominado taquipnea, viene acompañada de síntomas tales como:
- Sensación de que falta el aire.
- Sensación de asfixia.
- Problemas para respirar normalmente.
- Sensación de opresión en el pecho.
Estos son solo algunos de los síntomas de taquipnea más comunes que suelen aparecer en gran parte de las personas que presentan esta alteración en su ritmo respiratorio. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la sintomatología puede variar, dependiendo de las causas o factores que hayan desencadenado la taquipnea en sí misma.
Los diferentes síntomas pueden manifestarse tanto si la persona se halla en movimiento, como si se encuentra en estado de reposo.
Cómo tratar los síntomas de taquipnea
Por lo general, los síntomas de taquipnea pueden mejorarse de la siguiente manera:
- Cuando se deba a un efecto de la actividad física intensa, suspender el ejercicio para permitir que la frecuencia respiratoria se normalice.
- En caso de presentar dolor, pueden emplearse medicamentos antiinflamatorios, analgésicos y corticoides.
- En caso de infecciones, éstas deben ser tratadas según el patógeno respectivo.
- Si se debe a ansiedad, las terapias psiquiátricas pueden ayudar.
- Si se debe a la obesidad, la disminución del peso debe ser prioridad.
- En los casos de deshidratación, pueden usarse líquidos y electrolitos por vía oral o intravenosa.
De cualquier manera, si se presentan algunos de los síntomas de taquipnea y el ritmo respiratorio no se normaliza por sí solo, es fundamental acudir a un médico que lleve a cabo la debida evaluación y pueda determinar a qué se debe el aumento de la frecuencia respiratoria, recetando así el tratamiento oportuno para restablecer la misma y asegurar tu salud.